viernes, 2 de abril de 2010

Lolita Ayala Cumple 23 Años en su Noticiario


Lolita Ayala celebra 23 años de su noticiario, el cual asegura, se distingue por su veracidad y promete nunca fallarle al público.

Expresó su anhelo de continuar en el rubro de la comunicación y en su labor social y de salud, gracias a la cual ha brindado ayuda a infinidad de personas en México y le llena de satisfacción.

"Me siento feliz, pues cuando inicias un programa nunca sabes cuánto va a durar. Hay personas que siempre auguran poco tiempo, aún recuerdo cuando empezamos el 31 de marzo de 1987, hubo gente diciendo que iba a estar vigente seis meses o un año.

“De modo que cumplir 23 años es para mí una enorme satisfacción, porque realmente es la gente quien hace durar un programa, son las personas que me reciben en su casa y nos dejan entrar, en ocasiones, hasta la recámara.

“Siempre hemos tratado de ser veraces y es importante que la gente confíe en ti, siento que todavía creen en mí y así lo reflejan las encuestas, se los agradezco y nunca les fallaré", prometió Lolita Ayala.

Admitió que llegará el día en que tarde o temprano se deba retirar.

"Y lo haré como todo el mundo; sin embargo, soy tan feliz con el noticiario, con las cápsulas de salud y el programa dominical ´La línea de la salud´, que gracias a eso he tenido la oportunidad de crecer en mi labor altruista. En el noticiario seguiré hasta que el público me aguante y mis jefes también”, apuntó.

Aunque pareciera que conducir un noticiario es tarea fácil, la comunicadora asegura es un trabajo hermoso, pero como cualquiera, tiene sus pros y sus contras.

“Un espacio en vivo de todos los días significa un sacrifico porque exige dejar por momentos a los hijos y a la familia. Asimismo se requiere prepararlo, pues mucha gente cree que uno llega y en media hora ya acabó”.

No es así, explicó: “Al menos, yo llego a las 10:30 de la mañana y debo ver qué noticias hay, cuáles van a surgir durante ese periodo y se debe editar, escribir, checar, en fin. Para media hora al aire, tienes que trabajar mínimo seis horas, de modo que es un trabajo absorbente, precioso e ininterrumpido”.

La clave del éxito de su noticiario producido por José Romero, reflexiona, se debe quizá a que se dan muchas noticias en pocas palabras. “Hay gente que no tiene el tiempo para sentarse y escuchar varios comentarios y opiniones, por eso lo hacemos rápido aunque en media hora no podamos profundizar en algunos temas”.

En ese sentido, destacó que son casi 39 años de labor periodística, tiempo en el que por supuesto, se ha enfermado infinidad de veces. La más reciente sucedió hace unos días cuando debieron operarla de la garganta al observar que no mejoraba de salud.

“Durante cuatro meses estuve afónica, no totalmente, pero sí realizaba mucho esfuerzo para hablar. Fui al otorrinolaringólogo y me encontraron dos nódulos en las cuerdas vocales, por lo que debieron quitármelos el lunes de la semana pasada. Estuve prácticamente muda durante varios días comunicándome sólo con un pizarrón y plumón", indicó.

“Son muchas las noticias buenas que ha tenido que dar, pero también existen las malas, entre ellas, no olvido el terremoto de 1985 en la Ciudad de México.

“Se cayó nuestra casa Televisa, así como la oficina de Jacobo Zabludovsky y la mía, entre otras. Si hubiera sido más tarde, creo que no estaría platicando esto. Más de 12 horas Jacobo y yo estuvimos transmitiendo al aire sin ninguna interrupción, esa tragedia ha sido lo más triste que me ha tocado informar”, expresó.

Señaló que el modo de informar ha cambiado mucho desde que ella inició su carrera. Ahora se recurre mucho a la tecnología y los criterios son otros, “pero es mejor en todos los sentidos porque los noticiarios están abiertos a todas las voces”.

Mencionó que continuará adelante con programas de ayuda para personas con escasos recursos.

“Cuando das se te regresa. Me llena de felicidad hacer algo por los demás, además, se producen enforfinas y por eso creo que soy muy feliz”, puntualizó Ayala, quien en el nuevo año que comienza estrena escenografía en la que no faltará una rosa sobre su escritorio.

Lolita Ayala